jueves, 30 de diciembre de 2010

Alejandro Méndez lleva en su valija

Para pasar unas vacaciones, el poeta Alejandro Méndez se lleva:

Materia, de Carlos Battilana (editorial Vox)
Doxa, de Ezequiel Zaidenwerg (editorial Vox)
Bengala, de Beatriz Vignoli (Editorial Bajo la Luna)
Trabajo nocturno –poemas completos-, de Juan Manuel Inchauspe (Editorial Municipal de Rosario)
Villa Negra, de Alfredo Jaramillo (editorial El Niño Stanton)
El Olimpo, de Francisco Bitar (editorial El Niño Stanton)
El recreo, de Valeria Meiller (editorial El fin de la noche)

Manual del distraído, de Alejandro Rossi (Fondo de Cultura Económica).
Orfeo en el quiosco de diarios, de Edgardo Dobry (Adriana Hidalgo)
Puro fuego, de Joyce Carol Oates (Punto de Lectura)
Utz, de Bruce Chatwin (Muchnik editores)
Billy Budd, marinero; de Hermann Melville.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Javier Galarza recomienda a Paul Celan


Recomiendo leer a Paul Celan, poeta que cierra la era de los poetas en tiempos de indigencia, iniciada por Hölderlin. El lenguaje no vuelve a ser el mismo luego de su experiencia en el idioma. Se puede comenzar con sus dos primeros libros, editados por Hiperión: “Amapola y memoria” y “De umbral en umbral”. Trotta editó su “Poesía completa” y los “Poemas póstumos”. Me parece importante apoyarse en diferentes estudios: Maurice Blanchot, Peter Szondi, John Felstiner, Jean Bollack, Jacques Derrida, Gadamer, Beda Allemann, Badiou. También es importante repasar su correspondencia con Giséle Letrange y con la poeta Nelly Sachs. Y no quedarse en una sola traducción. Hay una breve antología realizada por Patricia Gola para México y ediciones de Visor y Cátedra. En You Tube, también está disponible el audio del recitado de sus poemas. Toda lectura nos cambia, pero Celan vuelve una y otra vez para recordarnos si “la poesía es una forma de habitar”, el lenguaje es una ética.

martes, 28 de diciembre de 2010

¿Qué libros te llevás a tus vacaciones?




El domingo, Iris Giménez, poeta rionegrina, posteaba en REGALE POESIA su plan de lectura del verano:


Estoy separando libros para llevarme al mar: "Agua viva" (que espero no haya allá...), de Clarice Lispector; "El silencio. lo invisible en la vida y el arte", de Luis Gruss (éste lo recomiendo en especial para tenerlo); "Urania", el autor es Le Clézio, premio Nóbel de Literatura 2008; "Hospital de ranas", novela de Lorrie Moore; "Zama", de Antonio Di Benedetto, que lo llevo pero no sé si lo voy a leer... "Antología de escritoras argentinas contemporáneas", antologada por María Claudia André (Diana Bellessi, Aída Bortnik, Griselda Gambaro; Angélica Gorodischer; Liliana Heker; María Rosa Lojo, María Negroni; Marta Rosenberg; Susana Torres Mlina; Luisa Valenzuela), compuesta por obra y entrevista a cada una, es muy interesante. "Dónde estás con tus ojos celestes", de Daniel Moyano. Y poesía, siempre llevo: "Sentido de la oración", de Marcelo Carnero; "El jardín posible" de Olga Orozco, antologada por Marisa Negri; "Cabeza final, de Joaquín Giannuzzi, siempre va al mar conmigo igual que El libro de los abrazos y Patas arriba, de  EduardoGaleano, aunque después no los abra, pero seguro que si no los llevo justo justo es lo que voy a querer leer. Bueno, y algunas cosas más que seguro van a ir a los bolsos a último momento. quince días para leer, escribir si los astros cuadran, caminar, bañarme en el mar, comer, dormir y alguna que otra cosita, me va a faltar tiempo pero veré de dosificarlo, sin presiones...

¿cuál es el tuyo?

Una vez en un poema (John Berger)









Los poemas, incluso cuando son narrativos, no se parecen a los cuentos. Todos los cuentos tratan de batallas de una u otra clase, que terminan en victoria y en derrota. Todo se mueve hacia el fin, cuando se sabrá el resultado. Los poemas, ajenos a los resultados, cruzan los campos de batalla, atendiendo a los heridos, escuchando los locos monólogos de los triunfadores y los temerosos. Traen una especie de paz. No por medio de anestesias o tranquilizadoras confirmaciones, sino por medio del reconocimiento y la promesa de que lo que se ha experimentado no desaparecerá como si jamás hubiera existido. Sin embargo, no se promete un monumento. (¿Quién que esté todavía en el campo de batalla desea monumentos?) Se promete que el lenguaje ha acogido, ha dado refugio a esa experiencia que lo ha pedido a gritos. Los poemas son más parecidos a una plegaria que los cuentos, pero en la poesía no hay nadie a quien orar oculto tras el lenguaje. El lenguaje mismo debe escuchar y conceder. Para el poeta religioso, la Palabra es el primer atributo de Dios. En toda la poesía las palabras son una presencia antes de ser un medio de comunicación. Sin embargo, la poesía usa las mismas palabras y más o menos la misma sintaxis que, digamos, el informe general anual de una corporación multinacional. (Corporación que prepara, para su provecho, algunos de los más terribles campos de batalla del mundo moderno.) Entonces, ¿cómo puede la poesía transformar el lenguaje de tal modo que en vez de comunicar información, escuche y prometa y cumpla la función de un dios? Que un poema pueda utilizar las mismas palabras que el informe de una empresa no significa más que el hecho de que un faro y la celda de una prisión puedan construirse con piedras de la misma cantera, unidas con el mismo cemento. Todo depende de la relación entre las palabras. Y la suma total de todas las relaciones posibles depende del modo en el que el autor se relacione con el lenguaje, no como vocabulario, ni como sintaxis, ni siquiera como estructura, sino como principio y como presencia. El poeta sitúa el lenguaje más allá del alcance del tiempo: o, más precisamente, el poeta se acerca al lenguaje como si fuera un lugar, un punto de reunión donde el tiempo no tiene objeto, donde el tiempo está abarcado y contenido. Si la poesía habla a veces de su propia inmortalidad, esta demanda tiene mucho más alcance que la afirmación del genio de un poeta particular dentro de una historia cultural particular. En este caso, se deben diferenciar la inmortalidad y la fama póstuma. La poesía puede hablar de inmortalidad porque se abandona al lenguaje en la convicción de que el lenguaje abarca todas las experiencias, pasadas, presentes y futuras. Hablar de la promesa de la poesía podría ser equívoco, pues una promesa se proyecta hacia el futuro, y lo que la poesía propone es precisamente la coexistencia del futuro, el presente y el pasado. Una promesa que se aplica al presente y al pasado así como al futuro es más bien una certeza.

De "Páginas de la herida" John Berger. Ed Visor de Poesía

jueves, 23 de diciembre de 2010

Hay que dejar de lado la resignación (por Silvia Friera para Página 12)



LITERATURA › MARISA NEGRI, ALEJANDRA CORREA Y LA INICIATIVA VIRTUAL “REGALE POESIA”

“Hay que dejar de lado la resignación”

Todo comenzó con un desafío lanzado en Facebook bajo la pregunta: “¿Es cierto que no se lee y no se vende poesía?”. La rápida respuesta llevó a un blog y una red virtual que busca saltar las dificultades habituales en el mercado editorial.

 Por Silvina Friera
Una poeta pateó el tablero del desencanto. Otra poeta se sumó. Y agitaron el avispero de un diciembre anestesiado por las fiestas. Todo empezó cuando Marisa Negri posteó en Facebook una pregunta, una duda que adoptaba el ropaje de una sintaxis un tanto atormentada. ¿Es cierto que no se lee y no se vende poesía? El interrogante virtual inocularía una respuesta movilizadora. No terminaría –simplemente– en el evidente y rotundo “no” que desbordó su casilla. Imposible quedarse en el molde ante ese modo de provocar a sus pares, intentando eclipsar prejuicios o “mitos” asumidos como si fueran cuestiones inevitables de la “naturaleza”. Y que para colmo de males instaura cierta parálisis. Alejandra Correa pescó al vuelo lo que estaba pasando y abrió un grupo de Facebook, “Regale poesía”, que ya tiene 700 seguidores. El efecto “ola de calor” conseguirá que el número, cuando se lea esta nota, atrase mucho. El interés y la demanda sostenida han generado nuevos frutos. Desde ayer funciona un desprendimiento de esta propuesta, el blog regalepoesía.blogspot.com. A la velocidad de las nuevas tecnologías, el fenómeno creció tanto que ya hay un puñado de recomendaciones de libros para regalar (ver aparte). Pero las poetas van por más: apuestan a coordinar, entre autores, editoriales y lectores, la compraventa de libros de poesía on line.
“A mí no me sorprendió la respuesta”, dice Negri, autora de Estuario (Ediciones En danza). “Sé que hay lectores, poetas y no poetas, y que hay necesidad de conectarse con la poesía, con el pensamiento y el lenguaje de otra manera, buscando volver a la palabra desde otro lugar.” Esa necesidad de conexión tiene que sortear algunos adoquines en el camino. “En principio, hay que pensar diferente de como venimos pensando; dejar de lado la resignación de repetir una y otra vez que ‘no se vende poesía’, que a nadie le interesa leer”, reconoce la poeta y docente. “Pero los poetas también tenemos que cambiar, dejar de mirarnos el ombligo y reconocernos como una comunidad que tiene poder para cambiar las cosas. Con la repercusión que tiene la idea, estamos confirmando una intuición que tenemos desde hace tiempo: que las redes sociales y los blogs modificaron las reglas de juego. Nos permiten hacer visible cierta lateralidad. La explosión de blogs de poesía en los últimos años ha sido increíble; cada escritor pudo dar cuenta de sus producciones, de sus lecturas, de sus ideas. Hoy es posible leer a un poeta de La Pampa haciendo un clic. Y tener conversaciones con personas que escriben en todas las latitudes.”
“Regale poesía” –tanto el grupo de Facebook como su versión bloguera– está dando los primeros pasos. “Necesitamos de la participación de los autores, los lectores, las editoriales y hasta del Estado”, enumera Correa. “Somos conscientes de que hay que trabajar a varias puntas y que la educación es fundamental. Tenemos la idea de utilizar recursos que hay disponibles como el e-shop de Mercado Libre, sumando un asesoramiento a los lectores para conseguirles el libro que buscan hace años y no encuentran; trabajar con las editoriales independientes, con el interior del país, hacer de esta red virtual una red real.” Correa no se achica ante el trabajo de hormiga que se avecina. “Tenemos que conseguir que los libros de poesía tengan más espacio en ferias, en librerías, en cada sitio donde un poeta vaya a leer.” La autora de Cuadernos de caligrafía (El suri porfiado) y Los niños de Japón (Recovecos) fundamenta la responsabilidad de coordinar esta red virtual. “Quienes estamos en contacto con la poesía somos los que tenemos la misión de difundirla y de darle el lugar que se merece. No porque sí, sino porque es necesaria, imprescindible; es magia, es sueño, es experiencia, es pensamiento, es la reunión de tradición y novedad”, aclara. “La poesía es testigo de lo que nos pasa, es la posibilidad de reencontrarnos en un ‘nosotros’ diferente al nosotros que se plantea desde los mensajes hegemónicos.”
Negri resume los problemas que enfrentan para llegar a nuevos lectores. “No hay libreros especializados en poesía. Eso hace que un potencial lector que pueda interesarse por la poesía no encuentre asesoramiento en una librería. Tenemos que formar a la gente. El librero repite el modelo de la editorial y apuesta al best seller. Si seguro vende Harry Potter, cómo se va a preocupar por un libro de un poeta desconocido para él. Los libreros que dan espacio a la producción de la poesía argentina se cuentan con los dedos de una mano.” Otro obstáculo fundamental es quién distribuye y el interés que le pone. “La poesía no llega a todas las ciudades y pueblos del país donde haya un centro cultural o una librería”, advierte Negri. Y para echar más leña al fuego de las dificultades, la poesía no tiene acceso a los medios de comunicación. “En ese sentido, queda excluida para un público cuya única ventana al mundo es la televisión.” Correa plantea que hay “brechas” establecidas por las librerías que reciben los libros producidos a pulmón por editoriales independientes y por poetas que bancan sus ediciones, pero no los valoran. “Los libros de poesía quedan relegados a una estantería en el fondo. Es una cuestión de valorización y de mentalidades, muy compleja, producto de muchísimos años de deterioro de la industria editorial.” Un recuerdo se presenta sin pedir permiso: el del extraordinario editor que fue José Luis Mangieri, quien seguramente, con ese espíritu juvenil y revoltoso que tenía, hubiera estado entre los primeros en sumarse a la iniciativa de “Regale poesía”. “En una entrevista, Mangieri contaba que en los ’60 con La Rosa Blindada vendía ediciones de libros y CDs de poesía de 5000 y 10.000 ejemplares. Algo impensable para el momento actual”, compara Correa.
Sin que cunda la nostalgia de épocas pretéritas, no viene mal evocar al menos un hito de antaño. Enrique Pezzoni, en Sudamericana, publicó, entre fines de los ’60 y 1970, dos libros del poeta Miguel Angel Bustos: Visión de los hijos del mal y El Himalaya o la moral de los pájaros. “El surgimiento de las grandes corporaciones editoriales ha cambiado de lugar muchas cosas”, subraya Correa. “Hoy son ellas las que marcan lo que se lee y lo que se escribe y se publica. En ese contexto, el pensamiento y el trabajo de un poeta no puede encuadrar. ¡Y es una alegría que no lo haga! Ahí es fundamental el trabajo de editoriales independientes que vienen sosteniendo a pulmón la producción. Se necesitan programas para preservar y apuntalar ese trabajo. Necesitamos para las independientes y para los escritores que se venda esa producción. Que el escritor deje de pagar sus ediciones. Que haya más planes de fomento desde el Estado. En un país como Argentina, siempre ponderado por su producción literaria, la literatura es parte de su identidad, de su carta de presentación al mundo. No podemos descuidarla. Hay que buscar una salida al molde impuesto por la sociedad de consumo, que está pidiendo que para publicar y circular todos escriban dentro de una fórmula. En poesía eso se garantiza, por ahora, apoyando la edición independiente. Pero los escritores debemos cambiar de mentalidad, hacer que nuestra producción vea la luz, dejar el oscurantismo al que muchas veces adherimos por diversos motivos.”
En el horizonte de “Regale poesía” hay muchas ideas que se irán poniendo a prueba. “Sabemos dónde está roto el circuito, sabemos que hay potenciales lectores a los que la poesía no está llegando. Sabemos que hay un deseo tenaz de los poetas por publicar, sabemos que tenemos poetas talentosísimos que están a la sombra. Queremos lograr visibilidad; que la poesía sea una opción, como estamos proponiendo en el grupo de Facebook, en la lista de regalos navideños”, sugiere Negri. “La verdadera inversión hay que hacerla en educar a los adolescentes y a sus docentes para que lean poesía en las escuelas, en el aula”, agrega la organizadora del I Festival de Poesía en la Escuela, en el que participaron 35 poetas y 2500 alumnos. “Los chicos se mostraron interesados, preguntaron, recibieron la propuesta con naturalidad, escribieron poesía”, repasa. “Para el segundo festival estamos pensando en llegar a un número mayor de escuelas y de alumnos, buscando fórmulas para involucrar a los docentes, para lo cual debemos capacitarlos previamente en la lectura de poesía argentina contemporánea. Es un trabajo grande y vamos a necesitar apoyo de las instituciones.” La dupla de poetas inquietas está evaluando estrategias para conquistar públicos no tradicionales. “Se trata de hacer un programa integral de formación de lectores de poesía; algo que llevará tiempo y esfuerzo, pero que lo vemos muy cercano y posible”, augura Correa.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Regale poesía; un grupo de poesía que crece en facebook


Clarin, pagina 76, 22 de diciembre 2010
revista ñ digital


Por Guido Carelli Lynch
gcarelli@clarin.com

Los poetas son los eternos rezagados de la industria editorial. La excusa de quienes amasan el negocio de los libros es la misma desde hace décadas. "No hay lectores", repiten. ¿Pero cómo puede ser, si todos conocemos lectores avezados de versos? Esa misma pregunta se la hizo la poeta y docente Marisa Negri. Su amiga, Alejandra Correa recogió el guante y hace poco más de una semana abrió el grupo de Facebook "Regale poesía", que ya tiene 450 seguidores. El grupo advierte que la poesía está a mano para comprar, regalar, y -lo más importante- dónde se consigue. "Es muy difícil encontrar los libros. Sólo unos pocos elegidos, con una gran trayectoria detrás, permanecen en las librerías", explica Correa, una de las hacedoras de la audiovideoteca de escritores que funciona en el Centro Cultural Recoleta.
Con varios libros publicados, conoce a la perfección la odisea de escribir poesía. "Se escribe en círculos muy cerrados, para otros poetas. Eso hay que romperlo y éste es el momento", insiste.
Las redes sociales como Facebook -asegura- sirven para difundir este tipo de propuestas. Hace pocos meses, Negri convocó a otros poetas para que fueran a leer a escuelas porteñas y del conurbano. El resultado fueron 35 poetas y 500 alumnos en el Primer Festival de Poesía en la Escuela.
Las fiestas acaso ayuden a este pequeño fenómeno. Por eso prometen realizar campañas específicas. "Orientamos a los interesados para conseguir los libros que buscan. Hace falta que la gente regale cosas interesantes y no un jean", se entusiasma Correa.
En tanto Regale Poesía sigue sumando seguidores y soprendiendo a su creadora. "Me di cuenta de todo lo que no había leído y me hice una guía de lectura", cuenta. Libreros, distribuidores y poetas ya tienen un nuevo lugar de encuentro. Es virtual, pero real.